miércoles, 31 de diciembre de 2008

ENCUENTRO MUNDIAL DEL IDYM

"JOVENES: BUSCANDO Y PREDICANDO AL ESTILO DE DOMINGO"
Será en Fátima (Portugal), del 3 al 9 de agosto de 2009

"Jóvenes: buscando y predicando al estilo de Domingo" será el tema del Encuentro Mundial del Movimiento Juvenil Dominicano Internacional (International Dominican Youth Movement –IDYM-) que se celebrará del 3 al 9 de agosto de 2009 en Fátima, Portugal.
Este encuentro mundial estará abierto a jóvenes mayores de 18 años, aunque no pertenezcan al IDYM y se desarrollará en los idiomas español, inglés y portugués.

El Secretario Ejecutivo del IDYM, Fray Enrique Sariego García op, en una carta dirigida a los integrantes del Movimiento, establece la fecha del 31 de enero para recibir información estimativa de cuántas personas y de qué países participarán del evento.

Por otra parte, del 9 al 13 de agosto, ni bien finalice el encuentro mundial, tendrá lugar la "Asamblea de representantes del IDYM" con los objetivos de "valorar la marcha del IDYM, proponer nuevas líneas de actuación, cambiar (si se ve necesario) los estatutos y elegir nueva Comisión Internacional y Secretario/a Internacional".


Más información sobre el IDYM en http://idym.op.org/
E-mail : idym@curia.op.org

martes, 23 de diciembre de 2008

Somos "Veintisiempre" del Movimiento Juvenil Dominicano

Si se preguntan: ¿qué fue de esos jóvenes del MJD, a 10 años del Pentecostés Dominicano? ¿cuáles son hoy sus caminos, sus compromisos y convicciones? Su respuesta rotunda es: “somos cristianos, dominico y dominicas”.

Nuestro reencuentro, “Desde la dispersión a la unidad” en Concepción, los días 22 y 23 de noviembre pasado, fue un nuevo signo de Dios en nuestras vidas, fue un toque de esa “mano invisible”, como llamaba Clotario Blest, laico de incansable lucha social, a la presencia de Dios en la vida de hombres y mujeres. Presencia que inexcusablemente nos mueve a la construcción de la Justicia y la Paz, presencia que inexcusablemente nos pone al servicio de nuestros pobres, nuestro prójimo, que actualmente tienen rostros y nombres.

Somos jóvenes que pertenecieron al Movimiento Juvenil Dominicano repartidos por Chile. Hoy por hoy seguimos anunciando a un Cristo Liberador a jóvenes drogadictos en las poblaciones marginadas, protegiendo a familias vulnerables en las periferias de las urbes, acogiendo a las poblaciones indígenas en un sistema que no los recibe, dando salud y equidad en campos e islas, educando a jóvenes en universidades, promoviendo espacios de cultura entre pobladores, acompañando a jóvenes en la fe, y finalmente anunciando, día a día, en nuestro cotidiano, la vida, la esperanza, y la liberación.

Hoy, con gran satisfacción y orgullo podemos decir que somos los de “veintisiempre”, los mismos soñadores, alegres y comprometidos, convencidos de que nuestra predicación es a través de la vida; nuestras armas, los oficios y profesiones que traemos. Nuestro fin, combatir y denunciar las estructuras opresoras que no permiten la construcción de la justicia y arrebatan el sentido y la espiritualidad a nuestra sociedad, anunciando que la muerte no tiene la última palabra sino la vida.

Cómo jóvenes hacemos un llamado a nuestra familia dominicana, a renovar constantemente esta tarea urgente, de ser hoy, más que nunca, presencia, anuncio, verdad y liberación. A ser signos de Cristo, en nuestros tiempos. Les invitamos a ver nuestro blog: www.jovenesdominicos.blogspot.com [Veintisiempre dominica: Daniela Salgado]

domingo, 14 de diciembre de 2008

Carta al MJD-Chile

Queridos Amigos del MJD-Chile:

En primer lugar reciban un fraternal saludo en estos días en que esperamos el don más grande que Dios a preparado para nosotros; la presencia de su Hijo en la historia de la humanidad. Dios – Padre y ese misterioso Espíritu Santo son quienes disponen de todas las cosas y las encausan hacia la plenitud; nosotros, sus hijos, preparamos el corazón para recibirlo.

Los días 22 y 23 de noviembre del año en curso, un pequeño grupo de exintegrantes del MJD-Chile nos reunimos en el Colegio Carmela Romero MM. DD. para reflexionar sobre nuestra situación de laicos dominicos al interior de la Iglesia y la Familia Dominicana. Esto con motivo de cumplirse 10 años del denominado “Pentecostés Dominicano” y del Encuentro Continental de Jóvenes (1998).

En el transcurso de nuestra reunión fuimos constatando lo generoso que ha sido Dios en estos años, colmándonos de experiencias y bendiciones que han marcado cada una de nuestras existencias. De la misma manera celebramos el gran don de Dios que inspirara a Domingo de Guzmán para fundar tan variopinta Familia, rica en espiritualidad y en fervor por anunciar la Buena Nueva.

Nosotros nos sentimos parte de esa gran Familia Dominicana y compartimos con ella sus desafíos y rezamos a nuestro padre Domingo de Guzmán para que cumpla su promesa de interceder por nuestras necesidades.

Por otra parte, nos resulta grato recordar los enriquecedores momentos vividos en comunidad en el MJD-Chile; son innumerables las vivencias de oración, estudio y predicación que fueron configurando nuestra vocación de cristianos en el carisma dominicano.

Queridos hermanos y hermanas del MJD-Chile, el habernos reunido para reflexionar en estos días de noviembre nos ha ayudado para clarificar y encontrar fuerzas nuevas para renovar nuestro compromiso de ser predicadores y predicadoras de la Buena Noticia en medio de nuestro mundo. Creemos que podemos colaborar modesta pero efectivamente con nuestras experiencias y conocimientos adquiridos en estos años. Razón por la cual nos ponemos al servicio de ustedes y de toda la Familia Dominicana en lo que podamos colaborar por hacer que cada día nuevos hombres y mujeres abran su corazón al Reino de Dios.

Nos despedimos con un abrazo de hermanos acogidos en el manto protector de María del Rosario Madre de todos los predicadores y predicadoras.

Fraternalmente

Exintegrantes del MJD-Chile.


Fiesta de Cristo – Rey/ Concepción, 23 de noviembre de 2008.



viernes, 12 de diciembre de 2008

Misa de Navidad

Frei Betto
Navidad es una fiesta polisémica. En cierto sentido incómoda. Para los cristianos, es la conmemoración del nacimiento de Jesús, Dios hecho hombre. Para la industria y el comercio, ocasión privilegiada de ventas abundantes. Para muchos, minivacaciones de fin de año. Para el pavo, día de difuntos.

La incomodidad proviene de la obligatoriedad de dar regalos a quien no amamos, conocemos mal o fingimos ser amigos. Trasladado el establo de Belén a los locales de los centros comerciales, sustituido Jesús por Papá Noel, la fiesta va perdiendo paulatinamente su carácter religioso. El Niño del pesebre, que evoca el sentido de la existencia, cede su lugar al viejo barbudo y barrigudo, que simboliza el fetiche de la mercancía.
Una mirada superficial diría que el consumismo hedonista nos aparta de la religiosidad. La Misa del Gallo, antes celebrada a la medianoche del 25 de diciembre, se reduce ahora a lo llamativo de las celebraciones, a las ocho o nueve de la noche, anticipándose a la madrugada que favorece la violencia urbana. El apetito por cenar y la curiosidad por abrir los presentes hablan más alto que las buenas y viejas costumbres: la oración en familia, los cantos litúrgicos, las narraciones bíblicas y el recuerdo de los acontecimientos paradigmáticos de Belén de Judá.

Una actualización de los sucesos bíblicos nos permite imaginar, a partir del contexto brasileño, al lector del "Diario de Belén", edición del 26 de diciembre del año 1, ante la siguiente noticia: "Familia de unos sin-tierra ocupó ayer la hacienda Estrella de David, en cuyo corral una tal María, esposa del carpintero José, dio a luz a su hijo Jesús. La policía de Herodes ya está sobre la pista de los sin-tierra, que han huido".

La abstracción del lenguaje, sin embargo, hace del seudolirismo navideño lo contrario de lo que significa el hecho histórico: el Verbo encarnado pierde su contundencia y cede el puesto al pesebre descontextualizado, mero adorno de la fiesta papanoélica.

En "Memorias de Adriano", Marguerite Yourcenar capta un momento singular de la historia de Occidente, el siglo 2º: los dioses del Olimpo griego y del Panteón romano iban en declive y la moral cristiana, impregnada de platonismo, todavía no se había impuesto a las conciencias.
Hoy vivimos algo parecido. Azotados por fuertes vientos esotéricos, en una época epifánica, en que las religiones tienden a ocupar el lugar dejado por las ideologías mesiánicas, asistimos a la crisis de las iglesias tradicionales, encerradas en un monólogo ininteligible en un contexto de pluralismo y tolerancia con el diferente. La perplejidad se asemeja a la de la profesora de piano clásico que ve a sus alumnos preferir los instrumentos electrónicos.

Proliferan nuevas modalidades de aspirar a lo Trascendente, desde la aeróbica litúrgica hasta las meditaciones orientales. En expresión de Rimbaud, nunca hubo tanta ‘gula de Dios’. I Ching, astrología, tarot, etc. Son vías por las que se intenta encontrar seguridad ante el futuro imprevisible. Ahora ya no hay tanto interés por las religiones de las grandes narraciones bíblicas, de la santidad ascética, de la autoridad sacralizada, de la moral coercitiva, de la escatología que nos hace caminar, titubeantes, sobre la cuerda invisible que une el cielo con el infierno.
Predominan las religiones del consuelo subjetivo, de la alegría del alma, de la curación instantánea, de los fenómenos paranormales, de la comunidad que se siente rescatada del anonimato, de bendiciones y gracias que emanan cual premios de quien cree en la versión posmoderna del dilema "la bolsa o la vida". Se fortalece la religiosidad de uso inmediato, sin culpas, macroecuménica, fundada en la creencia en un Dios que libera de jerarquías, que se manifiesta a través de las reglas del mercadeo y que tolera todas nuestras incoherencias.

Quizás nadie, en la literatura brasileña, haya captado como Machado de Assis el sentido de la Navidad, en su clásico cuento "Misa del Gallo". No hay misa propiamente, sólo la espera ansiosa en una vigilia que cambia progresivamente, ante los ojos de Nogueira, muchacho de 17 años, al anfitrión Conceição, que cumplirá los 30. Machado hace del corazón del joven narrador un profundo y acogedor pesebre, donde renace la vida en el milagro sutil del amor desinteresado. Un sabor de eternidad. De eterna edad. Aunque partido por el tiempo que fluye indetenible al ritmo implacable de las horas. En la sala, la misa en torno a la musa antecede y realiza la comunión, terminando en la belleza de un sencillo encuentro entre dos personas.

Eso es Navidad. Una fiesta sorprendente en lo más profundo de sí mismo, en la que las personas se hacen regalos unas a otras y entre las cuales refulge el amor como una estrella. Esta fiesta no tiene fecha y se celebra siempre que se da un encuentro en clima de afecto y de sabor a comunión. Allí las palabras son como lazo de regalo deshecho por las manos de un niño: a cada nudo deshecho una expectativa de sorprendente revelación.

[Traducción de J.L.Burguet]